Era mi ambición, mi anhelo, mi deseo más dramático... Quería formar parte de la literatura. La literatura, ese mundo que -como su propia etimología indica- es la letra que dura, la que permanece... no solo por estar esculpida en la roca, sino por el aprecio y valor que le otorga el pueblo.
Desde una perspectiva objetiva y estructurada podría decir que la obra se divide en tres partes. La primera parte consta de 28 sonetos “vanguardistas” cargados de referencias a la naturaleza y de las reflexiones de mi propia experiencia vital. En la segunda parte alternan coplas y romances que reflejan las peripecias de un amor trágico e imposible, utilizando para ello figuras simples: caballeros, torres, velas... y un tono tradicional. En la tercera parte rompo con la métrica silábica que venía manteniendo hasta ahora en las dos primeras partes para pasar a una métrica por palabras, teniendo cada verso 7 palabras y cada estrofa 28. A modo de diario narro las vivencias de varios personajes en un viaje de 28 días a Inglaterra, rodeados siempre de una aurora de pesadumbre y desamor.
Cuanto más intento doblar mi lenguaje y contraerlo en sí mismo para simplificarlo; más ramificado, tosco y retorcido se vuelve. Por eso me cuesta tanto explicar mi poesía y lo que quiero que se entienda con ella. Una marca que mi conciencia matemática no ha dejado tapada es que a diferencia de la mayoría de la poesía española actual que he leído, mi libro está cargado de simetría y rectitud métrica.
Los sonetos son un caso a parte. Mi empeño por conseguir la perfección me llevó a límites insospechados para alcanzar la unión matemática. Los sonetos son refranes, enseñanzas o dichos populares a los que tengo en alta estima y me gusta proferir con dulces y ronroneadas palabras. De vez en cuando la locura me toca la música craneal y me hace olvidar el significado para crear sonidos con letras en cada verso, sin importar su relación o significado real. La segunda parte es la más especial, la copla y los romances se adueñan del libro para narrar el camino de un caballero hasta ascender la torre donde se alza una vela. La tercera parte se podría definir como una versión diferente de este mismo camino narrada por otro escritor.
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