Un hondo sentimiento acerca de la causa última de la realidad en tanto al amor como punto central de referencia metafísica. Eso es lo que busca mi poesía, el "hondo sentimiento del amor".
¿Qué es el hondo sentimiento? Es una profunda sensación penetrante y puntualmente inamovible que nos abre la boca para inspirar interiormente una bocanada de aire y recordar lo que tanta felicidad nos produce. Por ejemplo, el hondo sentimiento se percibe cuando vemos por primera un cuadro que nunca habíamos visto en la realidad física, pero que habíamos conocido a través de la información visual de un libro, la televisión...
El amor puede fijarse a través de la búsqueda indefinida de este perdido y placentero hondo sentimiento para satisfacer nuestra necesidad de completar la propia insuficiencia como seres individuales de la realidad. La poesía como medio o instrumento anterior, actual y posterior al empirismo sirve para explicar puramente con la razón lo que con nuestros sentidos vemos aparentemente y no nos deja conocer la causa última del amor. Teniendo este hondo sentimiento como una idea innata en nosotros e imposible de refrenar.
El amor manifiesta este hondo pensamiento de muchas maneras: con un roce, una caricia, una bella palabra... Pero la manifestación más evidente y llamativa es la que aparece en forma de llama exaltada y achispada que mana y brota del pecho de los mortales en conmemoración de ese tan grandioso día en el que Prometeo robó a los dioses el conocimiento y la luz del Olimpo. Un paro momentáneamente cardíaco, una alegría onerosa y superior a la vida, un hondo sentimiento de unidad... Y tantas y tantas cosas que se podrían añadir a esta lista. Un vagabundo nos aterra los sueños, las pesadillas de pérdida de esa persona nos invaden, soldados del olvido y el dolor, haciendo que se planteen todas las poosibilidades y locuras para tener siempre a esa persona en mente, aunque sea lo último que hagamos.
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