sábado, 26 de octubre de 2013

Sinsentido Camusiano

Una absurda baratija de quienes, joyeros tercos e ilusos, pusieron en el escaparate del universo un cubo huero con un precio por encima de sus posibilidades. Así, una vida carente de vigor trascendente ha sido mimetizada con la eternidad de las deidades que se regocijan en el real sentido de las cosas, por la plática de los entrados en el tema de la curación. Nacemos, nos inculcan el valor de la pregunta, somos incapaces de hallar respuesta y trasvasamos nuestras dudas más horribles a los hijos que las sumarán a las suyas. Un problema cíclico e imparable de desesperación que no se resuelve.

Estoicismo es soportar infelizmente la hendidura en el pecho pesimista, que no se jacta de quienes ven el lloriqueo pueril, la excusa infantiloide, el quejica que se anticipa a tus pensamientos. Cuando roto tu esquema ves impotente el hallazgo de un ascenso a la fama y conocimiento, tu motivo vital, la nube de piedra de las metas y objetivos se disuelve, te hace plantear si realmente alguna vez existió esa isla de la memoria que se inunda en el océano del misterio.

Cuando uno construye su propia alienación, todas las miradas que juzgaban críticamente las actitudes de oveja te traicionan en el espejo. No saber quién eres, no saber si ellos saben quién eres, lo que están haciendo ellos con ella, lo que está haciendo ella, el compendio trágico de la ignorancia y la totipotencia de situaciones. Con mi zona de confort hundida, mi identidad, anegada no conoce más lugares que su mismo centro y por ello, no se mueve, permanece absorta.

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